Jun 28, 2010

Tormenta


Bahías de Huatulco, Oaxaca, México
Junio 2010
El tiempo es poco y la tormenta se avecina, lo vemos a lo lejos, pero no importa, hay que disfrutar el tiempo en la playa. La lluvia lo cambia todo y no necesariamente para mal. El mar se agita y el sonido cambia. Por un momento todo luce tranquilo y el aire cesa repentinamente. Sabemos que la tormenta viene. El cielo ya seha tornado gris y vemos la cortina de agua caer a lo lejos, la podemos escuchar avanzar lentamente hasta nosotros. El color del cielo va modificando el color del mar, lentamente los colores se van modificando. Momentos efímeros que cambian segundo a segundo. Mi mente lo hace también, todo es movimiento constante, no hay nada en calma.
En unos minutos la tormenta nos ha alcanzado y hemos buscado un refugio. Desde dentro de la casilla de madera veo la lluvia caer. El olor a sal es cambiado por un olor a hierba mojada, casi desértica. Una lluvia lo puede cambiar todo. Un momento lo puede cambiar todo también. De un segundo a otro la imágen es diferente.

Jun 24, 2010

Una tarde de paseo




Puerto Vallarta, México
Junio 2010

Un camino por la playa con mi cámara en mano, el cielo está nublado y la suave brisa fresca del mar llega de las montañas altas, la bruma cubre sus picos y le dan un aura mística, misteriosa. Me hace preguntarme qué hay detrás de las mismas, tal vez seres fantásticos de otro mundo. Mi curiosidad crece cada vez más al caminar. Detrás del lente puedo ver las líneas del horizonte coincidir con las líneas de mi visor, me concentro en las piedras delante de mí. Voy subiendo, más bien trepando y resvalando. Mi mano se topa con algo que parece salir de una piedra. Doy un brinco. Es un cangrejo grande y con las tenazas en alto, retándome. Me alejo un poco y parece que el ser no se mueve mucho, me acerco poco a poco y pongo la mano, no reacciona. El cangrejo se ha secado hace un tiempo ya, sus ojos siguen mirando al vacío, a la nada. Una mirada un tanto perturbadora y extraña, coincide con el tiempo. Sus fauces voraces parecen nunca saciarse, sus dientes salados se ven agresivos. Me da igual, un ser inerte inofensivo, he visto varios en otros lados. Sigo mi camino. Mi curiosidad me lleva hacia las montañas y la tormenta negra que abre mi curiosidad y sed de conocer algo diferente, aventura. Una más.
Sigo el camino largo con seres cobrizos a mi lado, hay gente caminando para sí, nadie parece escuchar y nadie parece observar. Caminan como zombies sin entender lo que pasa a su lado, sin conocer a la persona a su lado. Son y es lo único que los mueve. A mi me mueve la neblina y el misterio de las montañas hacia esos seres increibles. Me voy acercando un poco más. A lo lejos se ven figuras que desafían la gravedad, columnas de piedra, de otro mundo. Un hombre flaco, encorvado abraza una piedra, modificando su centro de gravedad. Muy concentrado, no sabe lo que está pasando a su alrededor, pero él tiene una razón. Voy al encuentro del hombre piedra. Más de cerca puedo ver cosas que desafían toda ley de gravitación, es imposible debe haber un truco. Las piedras parecen imanes, pegadas unas a otras balanceándose sobre sí. El hombre flaco prueba con una y otra, hasta poder balancerla. Como por arte de magia las piedras cambian sus centros y se yerguen al cielo, imitando a los hombres pájaro de Veracruz que tocan el cielo. Las flautas llenan el ambiente que se hace cada vez más misterioso, con rojos hombres pajáro volando en círculos, haciendo espirales en el cielo. El hombre flaco observa con cierta envidia al vuelo y mejor vuelve a su oficio, las piedras. Los hombres pájaro, y el hombre piedra. Eso fue lo que encontré del otro lado de la niebla. Y es real.

Jun 16, 2010

Una típica mañana




Junio 2010
México, D.F.

Despierto muy temprano por la mañana. El sol aun no sale y el brillo del mundo exterior se filtra por las cortinas del cuarto del hotel y se refleja en el frio techo. Un tono rojizo y líneas rectas se cruzan entre si, una escena anterior muy familiar a mi que siempre recordaré. Hoy estoy en el D.F. Ese día estuve en el Salvador, tantos ventanales en hoteles en muchas ciudades que han definido mi vida y circunstancias. Lineas rectas y oblicuas que quedan grabadas en una película digital, y en mi memoria.
El aroma del café despierta mis sentidos, un bagel de queso crema y salmón satisface mi apetito, un libro de Kandinsky ayuda en mi espera por un gran pájaro de metal. Por el ventanal veo los aviones estacionados en sus hangares, esperando igual que yo. Soy feliz porque una nueva historia se escribe en mis páginas y siempre hay una nueva oportunidad para mí. Hoy el mar y tu me están esperando, como yo lo hago desde esta sala de aeropuerto.

Jun 7, 2010

Nubes Efímeras


Marzo 2010
En algún lugar del cielo estuvo esta nube, entre Puerto Rico y México, algún punto del Caribe voló. Las nubes son como las sombras, efímeras. Envidio a las nubes, ellas viajan, se mueven de un lugar a otro sin pedir permiso, obedecen una ley que no comprendemos del todo. Poderosas pues generan vida, pero también muerte y destrucción. Se elevan en las alturas y no comprenden el bien y el mal. Son y con eso basta. Se mueven y con eso basta, solo obedecen la grandeza del cielo. Existen en un mundo vanal humano, pero no viven entre nosotros, viven en las alturas y comprenden las profundidades de la Tierra. Añoro una nube en un dia en un desierto, añoro lo que cargan. Provocan temor y admiración, generan belleza. Nubes. Esto y más son las nubes.