Desde Caracas

Caracas, Venezuela

Noviembre 2010

Desde el piso 27 puedo ver a kilómetros a la redonda, desde el piso 27 puedo sentir el aire fresco de Caracas golpear mi cara. Al filo del abismo tengo una visión privilegiada de la ciudad, una perspectiva diferente y una cámara en la mano me acompaña. Pocas veces he visto una ciudad de estas características con esta perspectiva. La ciudad me recuerda al D.F. Una hilera incontable de edificios por doquier. La gran urbe de Venezuela. Carros apresurados en los cruces, tráfico, gente caminando por las líneas peatonales, construcciones, edificios y más edificios, uno que otro árbol y un aeropuerto militar a lo lejos. No hay elevador y he tenido que subir los 27 pisos a pie, eso le da la emoción de ver como va cambiando la perspectiva y lentamente me voy alejando del mundo conocido, se aleja y empequeñece a mi vista. Las personas ya son diminutas y siento que las puedo tomar como piezas de ajedrez. No hay muros, barandales ni protección, solo un suelo resbaloso en construcción con mil cosas en mi camino. Un paso en falso y todo terminaría en solo cuestión de segundos, ni cuenta me daría que pasó! El riesgo vale la pena por la visión que tengo de 360° de Caracas, puedo ver todo el valle y no hay edificios más altos que este en la zona.