Aridez

Julio 2010
La Paz, Baja California Sur, México

La carretera zigzagea, interminables curvas al abrasador sol del medio día. La suave brisa marina refresca mis sentidos. La aridez del terreno abruptamente se mezcla con el precioso líquido vital, una curiosidad, casi un misterio. Las grandes paredes de roca tibia dibujan soberbias figuras un tanto abstractas. De pronto, a mi derecha se abre un misterioso valle de la muerte con interminables hileras de soldados mudos erguidos al abrasante astro rey. La vida se ajusta al lugar mas insospechado!. A mí izquierda una inmensidad aparente toma forma y se confunde con una quietud calavérica. Vida y muerte. Una comienza y la otra termina, pero no se sabe dónde exactamente. Dos siluetas solitarias ante la inmensidad me recuerdan tristemente mi posición.
Los días pasan y las siluetas siguen como testigos mudos de un mundo sin remedio. Aveces me gustaría no conocer el paraíso, así no sabría lo que son las llamas del abismo.